El senderismo, en comparación con el trekking, suele implicar recorridos más cortos por rutas que se han preparado y limpiado para los senderistas, o al menos que se han ido abriendo por el paso frecuente de personas. Esto hace que sea más sencillo tanto caminar como orientarse. Los recorridos pueden ser de un día o de varios días, pero se suelen realizar varias paradas en una base.
En cambio, el trekking suele realizarse en entornos naturales salvajes, en los que puedes encontrarte de todo. Implica condiciones meteorológicas duras o un entorno natural complicado con grandes altitudes o pendientes pronunciadas. Los recorridos son más largos que cuando se practica senderismo e implican acampar por las noches, caminar durante todo el día y no detenerse hasta llegar al destino.