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Los bebés deben permanecer acostados; por ello, asegúrate de que la primera carriola del bebé tenga un moisés o uno como accesorio. A medida que tu hijo crece, un asiento reclinable ofrece comodidad a la hora de dormir, descansar y permanecer en una posición vertical.
Prueba una carriola de plegado fácil, de ser posible, con una capacidad autónoma de mantenerse en pie. Esto facilita el almacenamiento y el transporte. Busca una opción con mecanismo de plegado manual así puedes plegar la carriola mientras llevas a tu hijo.
El clima no siempre estará de tu lado. Protege a tu hijo con una cubierta para lluvia de ajuste personalizado para una máxima protección ante el clima. Asegúrate de que tenga una ventana delantera para ventilación y un fácil acceso a tu hijo.
Todos amamos el clima soleado, pero para un niño pequeño puede ser demasiado caluroso o luminoso. La carriola para bebés recién nacidos debe tener protección solar, preferentemente en forma de capota ajustable que también protege del sol. Busca protección UPF 50+ UV para tu tranquilidad.
Una cubierta de malla protectora protege a tu hijo del sol, el viento y los insectos, y hace que el viaje y la siesta sean más cómodos. Busca una cubierta de malla protectora para lograr una protección máxima.